Por Gonzalo Andrés Castillo
Con la llegada de la pandemia y la crisis económica, la Reserva Federal de los Estados Unidos comenzó a emitir dólares de forma desenfrenada, a la vez que compraba activos para impulsar los mercados y generaba un exceso de liquidez en los consumidores. Como consecuencia, las acciones alcanzaron niveles preocupantes y la inflación se aceleró hasta máximos de 40 años.
En este contexto, los inversores empezaron a mirar al oro con buenos ojos, ya que se trata de un activo que actúa como refugio de valor ante escenarios de desestabilización e inflación como los que se vislumbraban. Sin embargo, todo cambió cuando la Fed comentó que las tasas de interés subirían pronto y de forma más agresiva.
Los planes de la entidad monetaria impulsaron al Dólar, lo que perjudica al metal precioso. En este sentido, Ricardo Evangelista, analista senior en ActivTrades, comentó: «La actitud agresiva de la Fed no tiene comparación en gran medida con la de otros bancos centrales importantes, que respaldan fuertemente al Dólar, lo que representa un gran obstáculo para el oro».
Por su parte, Carsten Menke, analista en Julius Baer, explicó: «Nuestro caso base sigue siendo que la economía global está en modo de recuperación, lo que significa que no hay un caso sólido para la demanda de refugio seguro… y es por eso que los precios deberían moverse más bien hacia abajo que hacia arriba».
En contraposición se encuentra el petróleo, el commodity que no paró de subir desde el mínimo alcanzado en mayo de 2020. En este caso, las cotizaciones están creciendo a pasos agigantados y se aproximan al objetivo de los USD 100 por barril.
Esta semana, el mercado abrió al alza y los inversores comenzaron a gozar del mejor enero en 30 años, ya que la demanda superó a la nueva oferta. El principal motivo por el cual el petróleo está subiendo es el frío que golpea a Estados Unidos, el cual impulsa la demanda de combustible, que se da justo cuando la infraestructura petrolera de Ecuador se dañó. Para Keshav Lohiya, fundador de Oilytics, «a la recuperación del petróleo aún le queda mucho impulso».